Nuestro regreso al Club Swinger

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Si has estado siguiendo nuestras aventuras, seguro habrás notado nuestra aversión hacia los Clubes Swinger, sabrás también que ese sentimiento no es infundado, vaya que intentamos hacer que nos gustaran, pero por diversos factores ninguna de nuestras visitas fue satisfactoria. ¿Pues qué pasó? Bueno, ahora te haré un breve resumen. En nuestros inicios, tal como muchas parejas, probamos suerte yendo a un club Swinger , más que nada en busca de conocer parejas, en total visitamos tres de ellos, y sinceramente no fueron buenas experiencias, digamos que tenían muchas áreas de oportunidad, algunas tan simples como la limpieza y otras más complejas como la ubicación o las instalaciones. Detalles que creemos que sí hubieran hecho una gran diferencia en nuestra experiencia, sin embargo, para ser justos, hoy viéndolo en perspectiva y basado con nuestra reciente visita a un club, creemos que gran parte de esa aversión fue causada por nuestra propia actitud en ese tiempo. Pero para darte un co

¿Y si hacemos un trío?


Hoy les contaremos como fue que llegamos a plantearnos semejante locura, como logramos nuestra primera experiencia liberal y como nos sentimos después de hacerlo, (si no han leído el relato de El Origen, les recomendamos leerlo primero) aquí vamos.

Definitivamente para llegar a plantearse algo así, en serio, hace falta mucho (tiempo, comunicación, etc.), creo que muchas parejas terminarían si una de las partes llegara a proponer algo similar sin la preparación necesaria, pero nosotros ya veníamos fantaseando con esta idea y habíamos platicado bastante del tema.

Queríamos tener una experiencia liberal, pero no nos atrevíamos a ir a un Club para conocer parejas, de hecho, no estábamos seguros de querer ser Sw; lo más que habíamos llegado fue a ir a un Hotel Nudista (vainilla), así que después de analizar los pros y contras, decidimos que la opción más viable sería un trío.

La paradoja del Single y el Unicornio

Empezó el proceso de selección del tercero, lo primero que establecimos es que podría ser hombre o mujer, siempre y cuando nos inspirara confianza y nos agradara a ambos, así que empezamos a hacer una pequeña lista de posibles candidat@s, curiosamente y a pesar de mis esfuerzos, aparecieron más hombres que mujeres en la lista.

El motivo es que hay más probabilidad de que un hombre acepte un trío, a que lo haga una mujer; básicamente cualquier hombre aceptaría (más con mi esposa), sin embargo los hombres tendemos a ser “hocicones, habladores, presumidos, etc.”, a diferencia de las mujeres que suelen ser más discretas con este tipo de asuntos, y en este caso como comprenderán, la discreción es un tema muy delicado.

Sin embargo, la lista de mujeres que pudieran estar abiertas a una experiencia de este tipo, era muy corta y corríamos el riesgo de recibir un No, además de la muy probable pérdida de la amistad ya que pudieran tomarlo a mal. Así que aquí estábamos, con un chingo de prospectos posibles, pero ninguno viable.

Más vale culito, pero sanito

Al final decidimos que lo mejor sería hacerlo con una chica, la situación era la misma, no habíamos encontrado una candidata adecuada, hasta que nos pasó por la idea contratar una Escort

Yo seguía a varias en Twitter e incluso tenía varias amigas que me habían confesado que se dedicaban a eso, al principio descartamos la idea de que fuera alguien conocido pero después de recapacitar, decidimos que en el caso de una mujer, no era tan mala idea, así que nos decidimos por Justine (así le llamaremos).

La razón por la que nos decidimos por una persona conocida, es que no estábamos seguros hasta donde íbamos a llegar en nuestra primera experiencia, no queríamos a alguien que forzara la situación por la cuestión del tiempo, o por hacer su trabajo, buscábamos a alguien que compartiera una experiencia de erotismo y complicidad, y simplemente pasarla bien, incluso si no sucedía nada.

Cazando a la presa

Hablé con Justine y le inventé que tenia una pareja amiga, que querían un servicio para ambos, le pregunté si tenía experiencia en servicio a parejas y si se atrevería a dárselos, ella sin pensarlo me contestó “por supuesto y si son recomendados tuyos mucho mejor, francamente uno de nuestros miedos es llegar y no saber a quien le daremos el servicio”.

No me atreví a decirle que el servicio era para nosotros, en parte porque no quería exponernos, incluso llegué a considerar darle la “sorpresa” hasta que nos viera en el motel, pero un día me llamó y me comentó que no podría darles personalmente el servicio, pero en su lugar enviaría una chica del mismo nivel y debo decir que Justine es una mujer hermosa, solo le contesté que no habría problemas si ella la recomendaba.

Mariana y yo reconsideramos la situación y decidimos que no queríamos a nadie más en esa experiencia, seguíamos pensando que el objetivo no era llegar a tener relaciones si no pasar un buen rato de complicidad y que la mejor opción era Justine, así que la cité personalmente para hablar de la situación, en parte porque no quería dejar evidencia en una llamada o mensaje.

Al confesarle que el servicio sería para nosotros, se quedó atónita unos instantes, después me preguntó ¿que pensaba Mariana de eso, si estaba de acuerdo?, le aclaré la situación y básicamente nos felicitó y me dijo que estaba más que dispuesta a acompañarnos en esa primera experiencia, así que ya todo estaba dicho.

Estableciendo las reglas del juego

Justine me contó algunas de sus experiencias previas con otras parejas, buenas y malas, y me dio un buen consejo: “Tu deja que tu esposa lleve el ritmo de la situación, yo voy a responder dependiendo de lo que ella me indique y tú sígueme a mí”, y lo seguí al pie de la letra.

Mariana y yo establecimos que no habría penetración entre Justine y yo, de hay en más estuvimos abiertos a lo que se diera, besos, caricias, oral, juguetes, etc. Decidimos que el encuentro fuera en una habitación con alberca y jacuzzi, creo que no hay mejor lubricante social que el agua y el alcohol, y es todo, ya solo faltaban 24 horas para el encuentro.


El Preámbulo

Nosotros llegamos primero a la habitación, Justine llegaría más tarde, nos instalamos y nos metimos a la alberca, hubo algo de cachondeo y estuvimos hablando un poco de la estrategia a seguir, cómo nos comportaríamos y de qué forma nos haríamos saber si algo estaba mal o si estábamos incomodos con alguna situación.

Coincidimos en no forzar la situación, en dejar que las cosas se dieran si se tenían que dar, y personalmente me hice a la idea de que no sucedería nada, más que beber encuerados los tres en la alberca, yo no iba tomar la iniciativa y no creía que Mariana se atreviera, jajaja no contaba con su astucia.
De pronto se escuchó el timbre del teléfono, Justine había llegado.

Comienza el juego

Justine llegó vestida para matar, nosotros estábamos desnudos en la alberca así que la invitamos a entrar, se quitó la ropa dejándose la interior y se metió al agua. 

Al principio fue tal como lo imagine, algunas charlas subidas de tono, pero en su mayoría cosas comunes, incluso llegamos a hablar de las bendiciones. La estábamos pasando bien y si no hubiéramos ido más allá aún así habría sido una buena experiencia.

Pero Mariana sugirió pasarnos al jacuzzi, Justine entró primero y la siguió Mariana, sentándose junta a ella, yo me senté enfrente, observandolas, me pidieron algunas bebidas y al regresar noté que Mariana estaba acariciando vagamente la pierna de Justine, Justine empezó a corresponderle así como no queriendo, entonces las caricias se volvieron un poco más directas y empezaron los besos.

Tratar de describir con palabras las sensaciones que esa escena me causó, es imposible, pero puedo decirles que al escribir y revivir esos momentos, se me acelera el pulso y bueno, me cuesta estar quieto. Yo me quedé ahí, fascinado con el espectáculo, hasta que vi la mano de Mariana venir hacia a mí, invitándome a participar.

El Clímax

Estuvimos jugando un rato en el jacuzzi, después nos pasamos a la cama para tener un poco más de espacio, Mariana le prestó a Justine su juguete favorito y como toda una experta y con ayuda de Mariana lo hizo suyo, yo me hice cargo personalmente de Mariana y así en un muégano humano nos estuvimos dando placer uno al otro.

Cada cierto tiempo cambiábamos de posición, Mariana me preguntó si quería penetrar a Justine (algo me dice que ellas ya lo habían hablado), pero yo le contesté que no y francamente no lo deseaba, yo estaba extasiado con el espectáculo y de hecho batallaba por no venirme y seguir en el juego, sin embargo después de asegurarme que ellas ya habían tenido un buen número de orgasmos, me dejé llevar y caí rendido entre las dos.

Estuvimos un rato descansando hasta que alguien propuso ir al vapor, ahí estuvimos jugando y platicando un buen rato hasta que Justine nos dijo que con mucho pesar, ya se tenía que ir, le agradecimos por su tiempo y de su parte nos dijo que ella también la había pasado riquísimo (sí lo creo, ambos nos encargamos de eso, además se quedó tres horas más de lo acordado) y se despidió.

Acabando juntos

Todavía no había cerrado la puerta Justine, cuando Mariana y yo ya habíamos entrado nuevamente a la cama, tuvimos otra sesión digna del Cirque Du Soleil, curiosamente no nos decíamos nada, cada quien actuaba instintivamente, y el olor de Justine seguía en las sabanas y en nuestros cuerpos.

Ambos regresamos a la alberca, estuvimos platicando de cómo nos habíamos sentido, por mi parte le dije que yo estaba extasiado de verla disfrutar y ella me confesó que había tenido temor de dejarse ir demasiado y hacer algo que me incomodara; ambos estuvimos de acuerdo en que fue una experiencia maravillosa y que sin duda volveríamos a repetir.

Conclusiones

La experiencia fue deliciosa, ambos lo disfrutamos y definitivamente le dio nuevos aires a nuestra vida sexual, nos dimos cuenta de que había todo un mundo por descubrir y que siempre y cuando lo hiciéramos juntos, podíamos disfrutarlo y experimentar nuevas sensaciones de este mundo maravilloso y clandestino.

Hemos tenido varias aventuras después de eso, algunas ya se las hemos relatado aquí, pero esta fue la primera y queríamos contárselas, ojalá que sus primeras aventuras hayan sido tan placenteras como la nuestra.

Compartimos estas historias con el fin de expresar estas sensaciones, ya que es difícil hacerlo en nuestra vida vainilla, pero también pensamos que algunas de estas reflexiones pueden servir para otras parejas que como nosotros estén dando sus primeros pasos en el fantástico mundo liberal.

Si llegaron hasta aquí, les agradecemos su atención y nos encantaría recibir sus comentarios, críticas, historias, etc. hasta luego.

Comentarios

  1. Excitante, los felicito por por no precipitar los acontecimientos

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  2. Me gustó mucho su historia

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  3. Guau muy similar a nuestra primera experiencia, solo que la nuestra no hubo orgasmos y falto esa pasión entre ellas.

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  4. Muy buenos momentos pasaron felicidades

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  5. Me encantó y puedo ser honesto, El solo leerlo te hace viajar hasta ese lugar y es exitante. Me encantó sin duda una experiencia maravillosa y digna de una buena confianza espero pronto leer más de ustedes saludos ...

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