Escribo estas líneas para expresar la valentía de la que se jacta el hombre común en el mundo vainilla, ante una dama del mundo SW.
Comenzaré
diciendo que la historia nace en un curso de actualización de la Universidad
para la que trabajamos. El conferencista principal me resultaba atractivo, más
que nada de manera intelectual, con él podía compartir charlas extensas y se hizo
evidente la buena relación y química que existía entre ambas partes.
Como
toda alumna respetuosa, y siendo él un profesionista destacado en su ámbito,
hago saber que de mi parte existía cierta admiración.
Al
finalizar el curso... y al cabo de unos meses, Leo (así lo llamaremos) tuvo el
atrevimiento de contactarme con el pretexto de facilitarme información
referente al curso que dio, pero sin imaginarlo los mensajes fueron subiendo de
tono; de tal manera que de inmediato tuve que informar a Fer la situación;
quien después de meditarlo un poco, decidió dar luz verde y continuar la dinámica
de mensajes coquetos y algunos subidos de tono, dicha conversación nos permitió
conocer las intenciones de este nuevo admirador.
Después
de varios días de mensajes, los textos lograron tener éxito (para el
interesado), acordamos ir a desayunar (él y yo solos) convirtiéndose aquello en
la “Cita de su Vida“ (claro según el pensamiento Vainilla); para nuestro mundo
SW se convertiría en el comienzo de “Nuestro propio Juego en pareja", con sus
respectivas reglas.
Hasta
aquí ambos, Fer y esta damita, disfrutábamos el juego pero... con cierta
incomodidad y algunas dudas, debido a que este sujeto hasta ese momento pensaba que había
estado burlándose de Fer, sin tener ni la más remota idea de la sorpresa que se
llevaría en “La Cita”.
¡¡¡Y
fue así... llegó el día pactado!!!
El
estrés iba en aumento, esa sensación incontrolable en la boca del estómago. Y ahí estaba yo “Mariana lista para Cazar” con
una mezcla exótica der adrenalina, complicidad y riesgos, mismos que no estaría
dispuesta a tomar, ya que junto con mi Fer teníamos acuerdos y reglas previstas
para dicho encuentro.
Pero
seré honesta, inevitablemente el nerviosismo me invadía, y nunca antes me había
encontrado en una situación semejante, de tal forma que asistí muy puntual y a
las 8:00 en punto tome valor e ingresé al restaurante acordado sin tener confirmación
de que Leo hubiera llegado.
Tomé asiento, para mi sorpresa el sujeto no había tenido la delicadeza de ser
puntual. El mesero se me acerco, me ofreció una taza de café y me pregunto si
esperaba por alguien, le dije que si asintiendo solo con la cabeza y una
sonrisa.
Leo
se hizo notar de inmediato en el móvil... haciendo referencia a que su demora
se debía a un accidente vial.... respiré y me dije a mi misma —Ok Mariana eres
la mujer más impaciente del mundo, pero la situación amerita la espera.
45
min después me iba ahogando en mi propia impaciencia y en esa taza de café;
hasta que Leo se hizo presente. Lo recibí con una sonrisa forzada, de inmediato
se disculpó y me saludó con un abrazo afectuoso.
Debo
decir, que podía ver en su mirada la actitud de un adolescente enamorado, y
tanta espera me había permitido estudiar mis líneas de la mejor manera para
romper aquel nerviosismo que invadía los dedos de mis manos.
Después
de una breve charla trivial, lo sorprendí con mi pregunta.
—
Dime por favor Leo, ¿cuál es el motivo para que estés aquí en este momento?
Sin
meditarlo, respondió:
—
Me encantas, pienso en ti a cada segundo, me gusta saber de ti... y bla bla bla.
Reiteré mi pregunta:
—
¿dime que sucede en tu vida para que vengas hasta aquí?
A
lo que respondió:
—
años de monotonía, terapia en pareja, falta de afecto...
Imagino
que en ese momento él esperaba que yo cayera a sus pies, correspondiendo de la
misma forma o quizá con las mismas respuestas. Lo miré llena de valor y le
dije:
—
¿Sabes por qué me encuentro yo aquí, tan tranquila, sin miedo, compartiendo
mesa contigo en un lugar público?
—
Porque nuestros casos son muy diferentes Leo; y fue ahí donde Mariana estallaría
la bomba que este sujeto ni en sus sueños hubiese imaginado.
—
Que pensarías si te digo que mi matrimonio es diferente. Yo soy una mujer muy
feliz, plena y enamorada de mi esposo; tanto que él sabe en este momento que me
encuentro aquí, frente a ti, y sabe que me agradas, que existe buena química
entre nosotros y no llegué hasta aquí para hacerte creer lo contrario, pero sí para que sepas que no quiero que te enamores de mí, porque yo amo a mi esposo! pero... así como lo amo tanto, después de varios años, dimos un giro a nuestro
matrimonio con acuerdos, en vez de terapias, acuerdos donde ambos sabemos que
es lo que queremos, sus fantasías, mis fantasías y tratamos de llevarlas a cabo
interactuando con otras personas.
Hasta
aquí lectores; podrán imaginarse el cambio de expresión de Leo empalidecido, que
dio un cambio rotundo en su rostro al escucharme decir aquello. Debo decir
que me sentí desahogada, ahora el ego de aquel hombre, que pasó de ser
cazador a presa, se sentía amenazado por mi Fer y la nueva situación, en la que
ahora estaba involucrado.
Le
hice saber que, así como yo había cedido al placer de Fer al interactuar con
una chica, mi momento sería llevar a cabo la fantasía de estar con dos chicos. Mientras
hablaba, su rostro cambiaba de colores, tragaba saliva discretamente para que no
lo notara pero… su inquietud y sus preguntas aumentaban con el calor de la
charla.
Comenzó
a exponer su ansiedad y nerviosismo, preguntándome si Fer estaría escondido por
ahí en otra mesa, si acaso era una broma, aquel hombre no daba crédito a lo que le estaba sucediendo. Créanme estoy segura de que su mente voló y entre más me
observaba escuchándome, más se hacía notar su deseo engrandecido ante aquella situación.
Al
final dejé muy en claro que esto lo hacía para aportar algo a mi matrimonio, él
intentaba buscar la forma de tener un encuentro a solas conmigo, entre broma y
broma, diciendo que si tenía que tramitar eso con Fer (obviamente no era opción).
Me expuso su inquietud de no saber cómo iba a reaccionar si otro hombre lo estuviera
mirando en el acto, y me hizo saber que, en su experiencia, nunca nadie antes le
había propuesto algo semejante, lo que alimentaba más su curiosidad.
Le
dije que este encuentro “El desayuno” había sido con el fin de exponerle la
situación y si aceptaba, lo invitabamos cordialmente a “La Cena”; donde las dudas y más
detalles se resolverían, acordando un encuentro los 3 involucrados.
Debo
decir que, ante esto, no tenía la menor idea de cuál sería su respuesta, que al
final terminó siendo más favorable de lo que imaginamos, y a la cual Fer le añadió
sus restricciones y reglas antes de comenzar el juego.
Quisiera agregar, mis queridos Lectores, que dicho sujeto creyó tener el control de la situación
antes de la cita y fue reconfortante saber que todo ese ego suyo y seguridad,
lo hice mío al tomar el control de la situación e imaginar todo lo que se
vuelve capaz un hombre por la dulce piel de una mujer ajena.
Aún no hemos concertado la cena, pero espero pronto poder relatarles el desenlace de esta historia.
Continuará...
Si
llegaron hasta aquí, agradecemos su atención y esperamos que les haya gustado
este relato que como dice Fer, escribimos como una forma de expresarnos y esperando
que pueda serle útil a otras parejas que como nosotros estén incursionando en
este ambiente. Nos encantaría conocer su opinión sobre este relato y sus experiencias si es que han tenido alguna situación similar.
Ojalá y no tarde mucho el desenlace, nos gustaría saber el final.
ResponderEliminarMe encantó leer el relato desde la perspectiva de Mariana, aporta mucho su "mirada" a los que estamos iniciando.
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