Nuestro regreso al Club Swinger

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Si has estado siguiendo nuestras aventuras, seguro habrás notado nuestra aversión hacia los Clubes Swinger, sabrás también que ese sentimiento no es infundado, vaya que intentamos hacer que nos gustaran, pero por diversos factores ninguna de nuestras visitas fue satisfactoria. ¿Pues qué pasó? Bueno, ahora te haré un breve resumen. En nuestros inicios, tal como muchas parejas, probamos suerte yendo a un club Swinger , más que nada en busca de conocer parejas, en total visitamos tres de ellos, y sinceramente no fueron buenas experiencias, digamos que tenían muchas áreas de oportunidad, algunas tan simples como la limpieza y otras más complejas como la ubicación o las instalaciones. Detalles que creemos que sí hubieran hecho una gran diferencia en nuestra experiencia, sin embargo, para ser justos, hoy viéndolo en perspectiva y basado con nuestra reciente visita a un club, creemos que gran parte de esa aversión fue causada por nuestra propia actitud en ese tiempo. Pero para darte un co...

Memorias de una bacanal

Voy camino a la B, es domingo a medio día y quedé de verme ahí con un par de amigos. La B es nuestra cantina favorita, una de esas joyas que aún quedan en Guadalajara donde puedes curarte la resaca con una hierbabuena (un preparado de hojas de hierbabuena molidas, vodka absolut, agua quina y una cucharadita de azúcar), ah y por supuesto una selecta variedad de platillos idóneos para dicho propósito; si no conoces las cantinas mexicanas te recomiendo visitarlas, tequila, mezcal, mariachi y deliciosa comida gratis mientras bebas, en fin, son toda una experiencia.

Mis amigos llevan ya una hora esperándome ahí, es que Mariana y sus encantos se confabularon para tenerme cautivo en la cama, pero al fin, y muy a mi pesar, logro liberarme de su hechizo. Al llegar a la cantina y con sólo verme, se dan cuenta de que vengo desvelado; hace ya tiempo que han estado molestándome por mandilón (dícese del hombre que es sumiso a su pareja, en la jerga popular mexicana), debido a que, como a muchos de los que estamos en el ambiente seguro nos ha pasado, últimamente hemos dedicado más tiempo al ambiente liberal que al vainilla, lo que ha provocado que nuestras amistades supongan tales injurias sobre mi persona, jaja si supieran.


Tomo asiento, de inmediato pido una hierbabuena y un caldo de camarón; sin muchos rodeos y con un aire de condescendencia, Charly me lanza una pregunta —¿Y qué hicieron ayer? —en su cara se puede leer una expresión burlona, como si más bien hubiera querido preguntar “qué, fueron a la oración nocturna o qué pedo”

Fuimos a una fiesta Neón —le respondo

¿Fiesta Neón? —pregunta el Chuky con extrañeza

Sí wey, unos amigos decidieron organizar una fiesta, el tema de la fiesta fue neón, y todos nos vestimos de algo fluorescente.

no mames y por qué — vuelve a preguntar el Chuky

ah pues es que un compa cumplió años y decidimos organizar una fiesta para él, se puso chingón! bailamos, cantamos, nos pintamos de neón… etc. Etc. — y así seguí, se puede decir que a grandes rasgos  les relaté la fiesta, incluso les mostré una foto de cómo íbamos vestidos Mariana y yo.

Al terminar mi pequeño monólogo, ambos se miran mutuamente, conozco bien esa mirada, como de lástima, como de, ya perdimos a este wey —órale —exclama el Chuky con un ligero suspiro; de pronto se levanta sin decir nada y se dirige a la rocola, pone una canción de grupo Firme y vuelve a la mesa; los tres seguimos en silencio, yo le doy un trago a mi deliciosa hierbabuena (perdonen que insista, pero es la mejor bebida para curarse la cruda); mientras tanto, ellos comienzan a contarme sus aventuras de anoche —hubieras ido wey, se puso chingón, llevaron banda en vivo y bla bla bla…

 

Bueno, hasta este punto tal vez te preguntes “¡¡Pero qué demonios tiene que ver una aburrida charla de borrachos en una cantina, sobre otra irrelevante fiesta vainilla de neón, con una bacanal!!”. Perdón por el rodeo mi querido lector, pero ahora voy al punto. La fiesta de la que hablo, no fue otra que la SW Neón Party, un evento organizado por nuestros queridos amigos del TeamGDL, que han tenido a bien invitarnos en un par de ocasiones. ¿Te gustaría saber cómo es por dentro un evento de estos?, sigue leyendo, hoy te lo voy a contar, pero antes, un poco de contexto.

Introducción a la Bacanal 
Imagina un lugar de completa depravación, uno donde las más bajas pasiones salen a flote, la más sórdida fantasía puede cumplirse, donde el consentimiento a cualquier acto sexual es implícito y la depravación la regla, imagina la más sucia escena del Marqués De Sade, una de la que incluso él escandalizaría, ¿ya lo tienes?.
 


Bueno, ahora que tienes esa imagen, y siento mucho esto pero, ¡bórrala de tu mente!, deséchala. Esta vez sólo imagina a un grupo de personas comunes, tal como tú o cómo yo, un grupo de amigos que han tenido la suerte de encontrarse con gente igual de loca, y tan valiente, como para desafiar el paradigma de la monogamia sin recurrir a engaños ni traiciones, amigos que han fortalecido su amistad a través de la complicidad que da el ambiente liberal, amigos, que simplemente decidieron organizar una reunión para divertirse con gente igual de safada que ellos, donde el tema es la sensualidad y la libertad, pero no el sexo la regla, un lugar donde puedes estar literalmente desnudo y sentirte cómodo, y más aún, sentirte libre, con todo lo que la palabra implica; y esa, es la imagen que quiero que tengas en mente cuando leas las siguientes líneas. Ahora sí, ya que tienes la imagen correcta, te contaré un poco de esta fiesta, acompáñame...



Mientras que Charly y el Chuky siguen contándome de su fiesta, yo sigo rememorando lo que sucedió durante la mía —no mames qué buena fiesta —se me sale decir —si wey pues hubieras ido en vez de ir a tu mamada de Neón —me contesta el Chuky; y es que yo no me refería a su fiesta, pero los dejo que continúen con su relato. De pronto, recuerdo algo de anoche, un pequeño e insignificante detalle, casi sin importancia; recuerdo que no tuvimos sexo en la fiesta, o sea, dicho con otras palabras: asistimos a una reunión de parejas swinger (muy atractivas), en la que nos pasamos la mitad de la noche casi desnudos, obviamente fuimos preparados para jugar con otra u otras parejas, y no, no tuvimos sexo.

¡Pues qué pasó! me pregunto a mí mismo, para explicarlo mejor, les contaré desde el inicio:


Por gracia de Dios y la buena voluntad de la niñera, pudimos llegar temprano a la fiesta, nos estacionamos y de inmediato el concierge nos pregunta a qué habitación vamos, el lugar del evento es un hotel que se caracteriza por su tolerancia al ruido y discreción, lo que lo ha convertido en nuestra opción predilecta para reuniones de este tipo.


Al llegar a la habitación nos reciben los Amore; la Amore por supuesto, derrochando sensualidad como siempre, usando un baby doll y unas medias de malla que hacían lucir aún más sus ya conocidos atributos; Mariana de inmediato va a cambiarse y vuelve con su outfit neón, un baby rosa fluorescente que no me había permitido ver desde que lo compró, y ¡wow!, a veces no puedo creer la suerte que tengo.

 

Debo agregar que me encanta llegar temprano a estos eventos, ya que me permite ver esa transformación en los asistentes, que lógicamente llegan vestidos como lo que son, personas comunes y de aspecto recatado, pero que en un abrir y cerrar de ojos se convierten en adalides del libertinaje y la seducción, no lo sé, pero me parece una escena surreal. Y bueno, así una a una van llegando las parejas, todas cumpliendo con el estricto código de vestimenta.

 

Y ahora sí, comienza la fiesta…

 

Una vez que llegan todos los invitados, las chicas inician su sesión de fotos, y créanme, esto es todo un espectáculo, ver en vivo a tantas mujeres hermosas en lencería (o a veces incluso sin ella), digo, es una de las cosas que me hacen cuestionarme, qué habré hecho en mi vida anterior para merecer esto; y no lo sé, pero seguro fue algo muy bueno.

 

Una vez que terminan con su sesión de fotos, bajamos un poco las luces y subimos el volumen a la música, y para darle calor a la fiesta cada uno va sacando sus mejores pasos de baile. Y así, entre bailes sexys, pláticas subidas de tono y alguno que otro juego ocasional, es como inicia la diversión.

 

De pronto Ms. Amore llega con un pastel, es cumpleaños de nuestro amigo Peña, y lo que pasa a continuación bien podría ser la fantasía de cualquier Jeque Árabe; alguien pone una silla a media pista, él se sienta, y con una canción sexy una a una van pasando las chicas hacia él, su imaginación es el límite, y vaya que algunas son creativas. Los demás sólo observamos, lamentándonos por no haber nacido en esta fecha.

Y la fiesta continúa, entre bailes coquetos y jelly shots, las horas se van volando, de pronto nos damos cuenta que faltan algunas parejas, sin embargo, dudo mucho que se hayan retirado, lo más seguro es que hayan ido a jugar a alguno de los cuartos destinados a ese propósito. Y es que, los organizadores realmente piensan en todo, así que además de reservar una habitación para cada pareja, también se reservan algunas que sirvan exclusivamente de play-room, y normalmente ahí estuviéramos ahora, pero esta noche por alguna razón nos apetece más el baile y la plática, así que, aquí estamos, bailando en rueda cual fiesta de XV años... 


    ¿Pero por qué alguien se conformaría con sólo bailar y charlar en un ambiente así? 


    La verdad es que no tengo una respuesta sencilla a esta pregunta, e incluso mientras escribo, yo mismo me lo estoy preguntando (o recriminando), sin embargo, si tú apenas estás incursionando en el ambiente liberal, y tus referencias a este, son series como el juego de las llaves y películas con esa temática, sí puedo adelantarte que la realidad es muy diferente a la que se muestra en la televisión, y aunque existen excepciones; en nuestra experiencia la mayoría de reuniones swinger terminan siendo más sociales que sexuales (sí, tristemente así es). 


    Y bueno, enfocándonos en esta fiesta, te diré que el aspecto que más nos encanta de estas reuniones es precisamente esa libertad de no tener que cumplir con ninguna dinámica sexual ni imposición de esa índole; el objetivo es divertirnos libremente respetando a los demás, libre de juicios por tu atuendo o por comportarte indebidamente, libre de hablar sinceramente, "al chile" como decimos por acá, y piénsalo así, una vez que desnudas tu cuerpo, realmente no queda mucho qué ocultar, y las conversaciones tienden a volverse un poco más sinceras que en un ambiente vainilla. Y, aunque ciertamente nos encantan los juegos e intercambios sexuales (y se podría decir que es el objetivo de estar en el ambiente); curiosamente, en ciertas ocasiones, resulta más atractiva una simple charla con parejas tan auténticas  mientras compartes unos ricos tacos al vapor, incluso con parejas con las que existe buena química sexual (más que probada). 


    Qué te puedo decir, las cosas son así, verás, cuando una pareja entra al ambiente liberal; normalmente, (o por lo menos en nuestro caso) lo hacemos buscando nuevas experiencias sexuales, difícilmente uno podría imaginarse que va a encontrar a tan buenas amistades en este mundo, sin embargo, con algo de suerte, a veces sucede y aunque tal vez suene irónico, en ocasiones, terminas cambiando fiestas vainilla donde te comportas como liberal por fiestas liberales, donde te comportas cómo vainilla.

    Y bueno, siento mucho decepcionarte si es que esperabas encontrar un relato lleno de sexo y lujuria, pero no te sientas mal por nosotros, por favor no lo hagas, no es esta la primera fiesta a la que asistimos, y créeme, en más de uno de estos eventos sí que se ha dado el mood para escenas dignas del Marqués de Sade, (que tal vez después me den permiso de relatar), sin embargo, en esta ocasión no fue así (para nosotros); aún así la disfrutamos en grande y al día siguiente tuvimos uno de los más deliciosos mañaneros rememorando lo que vivimos en la fiesta.




...Y aquí sigo, con una sonrisa que no se me borra, ya voy por mi tercera hierbabuena y mis amigos siguen contándome de su fiesta, yo finjo que los escucho, de cuando en cuando hago como que me lamento por no haber asistido, internamente solo sigo recordando las escenas que aún tengo frescas en mi memoria, lo sexy que se veía mi bella Marianita, el Twerking de Ms. Sweet y Ms. Amore, el ya patentado movimiento de caderas de la Vecina, y, ay dios mio...


 ¡Cantinero tráigame una botella!.



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